jueves, 19 de junio de 2008

AY CARIÑO



El rey del bolero... y de las mujeres
Por Eduardo Abusada Franco / Fuente Trome

Pedrito Otiniano es uno de los cantantes más queridos y su tema 'Ay, cariño' lo hizo famoso en toda Sudamérica


Don Pedrito, más de 50 años cantando, 'toda una vida', como dice justamente un bolero.
Bueno, yo nací un 27 de marzo de 1937 en La Victoria. Ya tengo 71 años. Debuté en Radio Mundial, que quedaba en el Jirón de la Unión, en el año 46, cuando tenía 9 años. Había un programa que se llamaba Radio Club Infantil y ahí canté el vals 'Fatalidad', la canción que llevó a la fama a Julio Jaramillo. Ya desde esa época vengo cantado, pero profesionalmente son 52 años, desde el año 56, en que me inicié en Radio Excelsior, del papá de Ricardo Belmont.

¿Desde niño ya le gustaban los boleros?
Cantaba desde los 4 años, toda mi vida. Aunque mi infancia fue variada. De niño sabía hacer adobes, montaba burros y caballos. Me iba a la chacra a traer grama para mis animalitos, porque luego me fui a vivir a Chorrillos, donde teníamos un pampón grande. Iba con mi honda y mi piedra. Así, en el año 49, estaba de moda el bolero 'Corazón de Dios', y cuando mi padrino iba a la casa me daba un sol, que era un platal en esa época, para que se la cante.

¿Quién le enseñó a cantar?
Mi mamá casi nunca salía a la calle, era muy casera, escuchándola cantar a ella aprendí.

Su madre era italiana, ¿no?
Ella se llamaba Soila Chiesa Gamarra, sus padres eran de Génova. Mi padre era comerciante en el correo de alhajas, pero no se llevaba las joyas corriendo, sino que las vendía (ríe). Yo canto también un poco de italiano. La primera vez que fui a Japón llevaba como 200 discos para vender y el japonés me dice '¡abra mareta!'. Y me dijo: 'discos no'. Yo le contesté: 'soy Pavarotti' y empecé a cantar 'O sole mio.' (canta). Y el japonés dijo, ¡ohh, pase, pase! El tipo habría oído hablar de Pavarotti pero no sabía cómo era, y pasé todos los discos, ja, ja, ja.

¿A qué boleristas admiró más?
Para mí el mejor bolerista, sin temor a equivocarme, ha sido Fernando Albuerne, cubano. Leo Marini también una vez lo dijo.

Beny Moré es recordado como sonero, pero también cantaba boleros...
Claro. El fue 'El bárbaro del ritmo', se quedaba 'montuneando' (son montuno) dos horas. Bartolomé Moré Gutiérrez se llamaba. Él era frutero, 'chico, vendo ricos melones', así gritaba con ritmo. Luego lo ve el Trío Matamoros y lo lleva a México, donde hizo su carrera. También le dio mucha importancia al mambo.

¿Por qué le tiene bronca a Cuba?
Es que cuando entró Fidel hizo romper todos los discos de boleros. No quería que canten nada. La revolución no quería nada con eso. Hay jóvenes cubanos que no saben qué es la Sonora, ni Celia Cruz. Luego solo se escucharon los que estaban con la revolución como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Ese (Fidel Castro) me saca pica porque ha sido un genocida, que hasta les prohibió sus santos.

El bolero siempre es de letras trágicas, 'corta venas' y relacionada a la cantina, ¿por qué?
A mí no me gusta ese tipo de canciones, yo soy melódico, me gusta cantarle al amor, a las mujeres. Yo no insulto a las mujeres en mis canciones. No digo que son arrabaleras, malditas o pordioseras. Nos dicen cantineros porque se supone que nuestros discos están en las cantinas. Pero en esas rockolas también hay discos de Julio Iglesias, Leo Dan, y a esos no les dicen cantantes cantineros. Será que la gente se toma unas tragos y canta nuestros temas. Todas las canciones encierran algo y uno las siente como propias.

¿Usted también ha llorado por amor con esas canciones?
Cuando estuve templado, y tuve un desliz, también me ponía a tomar mi trago y a recordar mis amoríos. Todos los boleros tienen algo para ti o para mí. Yo me ponía a escuchar: 'No creas que siento despecho al ver que te alejas.'.

Entonces, ¿en quién pensaba cuando cantaba 'Ay cariño'?
Esa solo me gustó y empecé a cantarla a fines del año 62. Nunca le he dedicado temas a nadie. Pero lo que no va negar es que usted tenía su pinta y con su voz muchas mujeres caían.Fuera de bromas, entre enamoraditas, novias y todo, tuve como 300 a 400 mujeres. Ya tengo 71 años, pues, me ayudo con mi pastillita, aunque muchas veces me he visto con Bruce Lee en 'cinco dedos de furia', ja, ja, ja. También me enamoré muchas veces y gran parte de mi plata está en Las Margaritas, pero en el pasaje Las Margaritas del 'Ñato' Jiménez, quien le enseñó a trabajar a la francesa Nanette (fundadora del burdel La Nené).

¿Cree que el bolero agoniza?
El bolero nunca muere. El único que le hizo la pelea fue la balada, pero sigue. En los cincuenta comienza a decaer un poco, pero aparece Roberto Cantoral y saca temas como 'La barca' y 'El reloj'. En los ochenta decae de nuevo y aparece Armando Manzanero. Si muere el bolero, muere la vida, muere el amor.

Le pasó algo curioso cuando fue a Brasil, ¿cómo fue?
Yo era famosísmo en Brasil, allá pude haber muerto millonario. Cuando llegué me decían: 'Usted no es Pedrito, él fue arrollado por un tren que le cortó las piernas'. Pensaban que yo era cojo porque en los long plays que llegaban allá salía mi foto de medio cuerpo nomás.

Cambiando de tema, ¿qué pasó con la pensión que estaba reclamando?
Alan García dijo que iba a dar una pensión para aquellos que pasen los 50 años cantando. Entonces, hice todos mis trámites en el Ministerio de Educación y ya han pasado 14 meses y nada, no recibo los 300 dólares que prometieron. Le dan a Rafael Matallana, a Edith Bar y otros que no tienen tanto currículum como yo.

Pero, ¿qué le dijeron?
Nada, creo que me tienen cólera ahí. Ya no insisto, y eso que Meche Cabanillas es mi amiga. He ido a Palacio de Gobierno y le he dejado mi carta al presidente. Pero no me dan importancia, me voy a volver venezolano porque seguro que Chávez sí me ayuda. A lo mejor tiene que hacerse 'compañero'.No, así nomás, yo no soy chupamedias de nadie.

miércoles, 11 de junio de 2008

UNA DE LAS ULTIMAS CON JORGE SALAZAR

Este es el texto de la entrevista que tuve el honor de hacerle al buen Jorge Salazar.


Tinta roja
Por: Eduardo Abusada Franco / Fotos: Mónica Palomo

Es gastrónomo, políglota, viajero, escritor, amante delfútbol y las mujeres.

Jorge Salazar es uno de los mejores cronistas policiales de este país y en esta entrevista habla del 'Monstruo de Armendáriz', quien fue condenado a la pena de muerte y era inocente.
También de 'Patita de Cuy', 'Tatán' y el Loco Poggi, entre otros.

Jorge, ¿cuántos años te has dedicado a la prensa policial?
No puedo calcular exactamente. Desde que empecé en el periodismo, hace 40 años, teníamos que hacer de todo. Yo me inicié fuera del país, en el diario 'Informaciones' de Madrid. Había acabado la secundaria en Gran Bretaña, en Edimburgo; luego estuve por Manchester y regresé a estudiar letras en San Marcos. Ese diario se parecía un poco a 'Trome' si usted quiere (sonríe).

¿Cómo te inicias ya en el Perú?
Acá regreso en los 70 y me incorporo a 'Correo' y luego a 'Caretas', donde trabajo mucho tiempo.

En tu oficio de cronista policial, ¿has presenciado ejecuciones?
Estuve en la del 'Monstruo de Armendáriz', que fue en el Panóptico, pero no nos dejaron ver. También conocí a 'Patita de Cuy'.

El 'Monstruo de Armendáriz' era inocente, ¿no?
Pero claro, el asunto con Jorge Villanueva es que los regímenes militares necesitan 'ejemplarizar', una forma de disuadir. Entonces, quienes sirven de ejemplo siempre son los más débiles y Villanueva no tenía perro que le ladre. A él lo acusan de violar y matar a un niño, pero él no fue y aún nadie lo reivindica.

¿Por qué este caso fue tan famoso?
Aparte de que la prensa hizo toda una historia, fue más por las ganas del régimen de dar el ejemplo. Ahí nada pasó. Villanueva era un vago y coquero, pero del tipo 'chacchador', que vivía en las covachas que habían en la Bajada de Armendáriz. A él lo culpan porque un turronero dijo que vio a un negro con un niño que le compró un turrón con una monedita blanca de 20 centavos, que eran muy raras, y por la moneda lo recordó (era la moneda de la suerte de Villanueva). Al final resultó que el niño no fue violado, según los análisis forenses posteriores. Fue atropellado y, por miedo, dejaron su cuerpo en una de esas covachas por donde iba Villanueva y esos fumones a tomar el 'chicharrón', la chicha con ron de quemar.

¿Y cómo fue lo de 'Patita de Cuy'?
De 'Patita de Cuy' dicen que mató a un policía en Matucana y también fue condenado a muerte. Fue durante el régimen de Morales Bermúdez. Yo hice una carta abierta, larga, al general Morales Bermúdez, donde le decía que la única revolución que se podía hacer era aquella donde se ahorraba sangre. Ahí le pedía que no lo condenen. Mató a un policía, pero fue en un altercado un poco oscuro, confuso. Mi carta la publicaron y reprodujeron en las universidades.

Dentro de tu azarosa vida, tengo entendido que también incursionaste en el cine.
Claro, cuando yo vivía en España hubo una época en que Hollywood se trasladó a la península por la mano de obra barata para las grandes súper producciones. Además, nosotros hablábamos lenguas. Trabajé en la película 'La Real Conquista del Sol'. También he cabalgado junto a Maximiliam Schell en la película de 'Bolívar'.

¿A qué grandes actores entrevistaste o conociste?
El mismo Clint Eastwood es mi amigo, así como Trinity (Terence Hill). También era pata de Charles Bronson; con él trabajamos en 'Los 100 rifles' y Raquel Welch. Conocí a Pina Baush, a Gina Lollobrigida y era amigo de Orson Welles. ¡A tantos he conocido!

Tienes fama de ser un gran conquistador y de haber estado con hermosas mujeres del Perú, ¿cómo le hacías?
(sonríe) Y de fuera también; pero no sé, eso se lo tendrías que preguntar a ellas. Son cosas que yo no las puedo explicar, quizás era mi cultura. Me he casado cuatro veces, pero a pesar de la vejez y la pobreza sigo siendo un gentil hombre y un caballero no habla de sus mujeres. Aunque, en realidad, siempre me gustaron más las europeas.

Entonces, volviendo al tema policial, ¿cómo llega a tus manos el caso de Mario Poggi?
Yo era coordinador de la revista 'Caretas' y tenía que ver a mucha gente que quería hablar con Enrique Zileri, el director; pero tenían que hablar previamente conmigo. En esas estaba cuando suena mi teléfono y la secretaria me dice: "Señor Salazar, afuera había un loco que dice que tiene información sobre el descuartizador Díaz Balbín, me ha dado miedo, pero nadie le ha hecho caso y se ha ido". Ese era el caso de moda. Le pregunté cómo era y tuve una corazonada. Así que bajé corriendo a buscarlo y lo encontré. Me dijo que tenía un negocio; y efectivamente, se había robado todas las investigaciones e interrogatorios de la PIP. Era el psicólogo de la policía.

¿Pero Poggi ya había matado a Balbín?
Sucedió que al 'pata' (Mario Poggi) le habíamos pagado la mitad, y quedamos en darle el sábado la otra mitad. Vino, recibió su cheque, y en la madrugada recién mata a Díaz Balbín.

¿Y está loco de verdad o se hace?
Decía que ese tipo merecía morir. Además, era un fascista, un loco y enfermo. Es un tipo peligroso, lleno de prejuicios y cosas.

¿También viste el caso del asesino Segisfredo Luza, el asesor de Fujimori?
El caso Luza lo trabajé un poco, pero no quise ahondar mucho porque estaba comprometida una pintora (Martha Vértiz) que era amiga mía. Cuando surgió que ella fue la manzana de la discordia, yo por ética dejé de ocuparme del caso.

Pero el que sí viste fue el de Mamoru Shimizu, el japonés que mató a 7 familiares a garrotazos en una sola noche...
Cuando ocurrió yo era un muchacho, pero resolví ese caso muchos años después. Pero él no fue el asesino, pues. Fue acusado y condenado por eso, pero él no los mató. Fueron lo que hoy día llamaríamos la 'Yakuza', este grupo vinculado al fascismo japonés. Lo detallo en mi libro 'La medianoche del japonés' (1991).

Hablemos de 'Tatán', ¿era de verdad un delincuente elegante o eso sólo es una leyenda urbana?
Elegante para la crónica. Pero al final era un faite más, sólo que caminaba enternado, era más o menos inteligente y tenía una pinta de galán de cine mexicano. Paraba bien peinado, con las uñas recortadas y se había puesto un diamante al costado de uno de sus dientes. Pero era un delincuente habitual, entraba y salía de la cárcel.

¿Es cierto que las mujeres paraban enamoradas de 'Tatán'?
Eso forma parte de todo este prontuario de la crónica, esta cosa medio amarillista, un poco 'chichona', más de leyenda que de realidad. Él era un pobre hombre, un delincuente. En 'El Frontón' mata a 'La Samba' cuando estaba durmiendo. Le echó kerosene y le prendió fuego. Nunca se supo por qué lo mató. De ahí lo trasladan a la Cárcel Central de Varones para juzgarlo y cuando llega 'La China Peralta', amante de 'La Samba', mata a Tatán. Luego 'Gavilán' Cortés, a quien conocí, mata a 'La China' y así sigue una cadena de venganzas.

¿Crees que existe cierta nobleza, honor y leyes dentro del mundo del hampa?
Hay algo. Estos 'faites', en el fondo, son peleadores. Viene del inglés 'fighter' (peleador). Como el único transporte que había era el marítimo, paraban sacándose la mugre en el Callao, entonces los 'faites' vienen del puerto. Se suponía que 'faite' no sólo era el fuerte, poderoso, sino también caballero. Ciro Alegría lo vio en el célebre duelo a navaja entre 'Carita' y 'Tirifilo', que fue un duelo de caballeros. Había reglas que se tenían que cumplir, como no atacar entre dos a uno. Ya después de los 70 todo eso del 'faite' protector se perdió.

¿Alguna vez, como periodista y rebelde, has sufrido secuestros como Jaime Rázuri o te has visto cara a cara con la muerte?
Esas cosas no me pasan a mí. Soy demasiado 'hijo de puta' como para que no me dé cuenta. Ya como luchador social, periodista, como viajero, veo el peligro. Te vuelves como un animal. Con Rázuri he trabajado, lo conozco. Estaba seguro de que lo iban a liberar.

Has sido un aventurero empedernido que lo vivió casi todo y la posibilidad real de la muerte, a tus 66, no es lejana, ¿qué otras aventuras quisieras vivir?
No tengo miedo a la muerte, sólo de perder la lucidez. Lo único que quiero es no darle trabajo a nadie, nunca he sido una molestia. Quiero morir como he vivido: en paz conmigo. Uno cree que a la vejez hay cosas que ya no se pueden dar, pero eso no es verdad, uno nunca sabe. Cuando di por finiquitada mi carrera, mi libro 'Papeles de Damasco' está ahora batiendo récords de ventas en México. A mí me pasan cosas inesperadas, una vez salí a visitar a unos amigos porque estaba muy cansado y acabé comprometido en matrimonio con una modelo inglesa de alto nivel en cuestión de horas. Yo sé que me puedo morir mañana, pero puedo soñar hoy día.

martes, 10 de junio de 2008

UN CAFE CON JORGE SALAZAR


Había escuchado de hablar él y alguna que otra vez lo vi en la televisión. A simple vista, no daba un sol por él, me parecía una especie de zombie pacífico, más allá del bien y del mal. Nunca imaginé que en esa cabeza, con la piel pegada al hueso casi sin grasa de por medio, pudiera albergar tantas experiencias de vida.

Jorge Salazar fue un cronista sin igual, y me propuse entrevistarlo. Como siempre recurrí a mi amigo Fernán Salazar para que me ilustre un poco con anécdotas de la época. Me contó que Salazar había hecho de extra en grandes super producciones del cine de oro hollywoodense. De eso no estoy tan seguro, pero si mal no recuerdo cabalgó junto a Maximiliano Schell, legendario actor austriaco. Si alguien me pregunta por este actor, solo atinaría a decir que actuó junto a Jorge Salazar. Este versátil, periodista, escritor y gourmet, según el mismo me contó, tenía la ventaja de ser heredero de un cúmulo de razas y había sido educado en Inglaterra. Esta mezcla de sangres le dio un aspecto que encajaba fácilmente como árabe, indio, persa, y hasta chicano. Tal vez por eso lo convocaron para estos filmes.

Sin embargo, en aquella ocasión que debía entrevistarlo tenía una información clara sobre él, algo que lo hizo reconocible en todo el gremio periodístico. Patiño me había instruido bien, trabajo codo a codo con él, y sabía de que pie cojeaba. Y no fue este detalle, como pudiera suponerse, su extraordinaria cultura, sino que este hombre, indudablemente feo, se había levantado a las mujeres más hermosas de su tiempo. Labia, le dicen. Y viniendo de un escritor que había recorrido el mundo, ‘floro’ no le faltaba.

Lo encontré flaco y mal de salud, como siempre creo que fue. Vivía solo en pequeño departamento en Miraflores. Su hija iba a visitarlo. Ahí, arrimado entre libros viejos, Salazar seguía escribiendo y recién había publicado Los Papeles de Damasco, novela que devoré con gusto. Había tenido problemas para coordinar las citas, pues se puso mal días ante y tuvieron que llevar al hospital. Mejor me apuro, pensaba, esta puede ser su última entrevista. Con las mangas remangadas de una vieja camisa de franela me franqueó la entrada. Me invitó una cerveza, pero le acepté un café. Mi objetivo era claro, tenía que hacer que me hablé de aquellas grandes mujeres a las que había paladeado. Sabía que se comprometió con una top model inglesa en la primera noche que la conoció. Sabía que había hecho posar desnudas a imponentes actrices y modelos para la revista Caretas, en un tiempo en que el desnudo artístico era pornografía. Así pues, quería que me hable de sus mujeres.

La conversación saltaba de un tema al otro. Respiraba agitado, pensaba ‘ahorita se me muere y lo pongo en portada’. Pero poco a poco, la buena conversa, el café frió, el inconfundible olor a humedad impregnado en aquellos desordenados y vetustos libros, me hicieron olvidar de mi pregunta principal. Navegamos entre criminales y artistas, escritores y políticos, un orgasmo de la memoria. Tanta vida reunida en un solo pedazo de hombre imaginé.

¿Y las mujeres?, le dije. “Míreme, a pesar de la vejez y la pobreza sigo siendo un gentil hombre… y un caballero no habla de sus mujeres”, contestó. Cuán pequeño me sentí. ‘Tinta Roja’, titulamos la entrevista. Hasta pronto maestro.
Eduardo Abusada

CAYÓ LA BANDA DEL CHOCLITO


'Petipán quitó casa a viejitos'
Por Eduardo Abusada/Foto: Mónica Palomo Fuente Trome

Álvaro Gonzales, el popular 'Guayabera sucia', acusa al líder de 'La banda del Choclito' de ser una mala persona.
Dice que enanito no sale a la calle porque vecinos lo odian y le gritan ladrón.


¿Qué tal, don Álvaro, lo veo igualito, no envejece, qué edad tiene?
Todos los años tengo. Ya son 80. Comencé a hacer teatro en el año 1945. Terminaba la Segunda Guerra Mundial. En ese tiempo había buenos cómicos. El señor Paco Andreu salía, se paraba delante del micro sin libreto y comenzaba a improvisar y todo el mundo se carcajeaba. Yo comencé en las radionovelas con actrices como Elvira Travesí. Salíamos al aire con auditorio en vivo, hoy en cambio graban las risas.

Usted ha hecho mucho teatro y radionovela, pero su personaje más recordado es el 'Guayabera sucia'.
Ese sketch lo inventamos junto con Carlos Velásquez. Ya la gente se ha olvidado un poco, pero de vez en cuando por ahí un carretero o un ambulante me dice: 'Guayabera sucia', pero a mí me da risa. Pero hay unos que no lo dicen con cariño. Me ven y me gritan: 'Guayabera.¡sucia!'. (ríe)

¿Y por qué no lavaba su famosa guayabera?
Yo me compré una guayabera amarilla. Un día fui a la casa de mi hermano Pepe, y me dijo que le habían regalado una guayabera que no le quedaba porque tenía una barrigaza. La sacó y era amarilla. Otro día la hija de Camucha Negrete me regaló otra amarilla. Entonces tenía tres guayaberas amarillas que me las cambiaba, pero en el canal los compañeros siempre me veían con una guayabera amarilla y pensaban que era la misma. Me decían: 'por qué no te cambias la guayabera que esta ya debe estar bien sucia'. Ahí comenzó la cosa, me decían así y fastidiaban, de cariño, mucho antes de 'La banda del choclito'.

El sketch de 'La banda del choclito' tuvo mucho éxito, ¿por qué lo sacaron del aire?
El director de esa época, Carlos Velásquez, tenía otro sketch ahí en el programa y parece que no le gustaba el éxito de nosotros. Fue por celos y nos sacó, quería meter a sus engreídos. Pero duró buen tiempo, la gente nos reclamaba.

¿No siente que se ha encasillado con el personaje de 'Guayabera sucia'?
No. A mí no se me puede encasillar solo como cómico, porque yo estudié arte dramático, inclusive pedagogía teatral. Daba clases en el colegio 'Mercedes Cabello', en el 'Alfonso Ugarte'. Pero no se ganaba.

¿En ese tiempo pagaban bien a los actores?
Por lo menos para un buen pasaje. Ahora estamos luchando para que se nos paguen las repeticiones, y el gobierno se hace el loco. Una vez fuimos donde Odría y dijo que el arte es para 'maricones y putas'.

De los programas cómicos de ahora, ¿cuál le gusta?
Comenzando que yo no tengo televisor. Escucho música clásica.

¿Me va a decir que nunca ha visto el show de Carlos Álvarez y JB? ¿Qué les veo?
Si miro los programas cómicos que hay ahora voy a aprender las mañas de todos ellos y se va a malograr mi calidad histriónica. Aún sigo haciendo cachuelos, de vez en cuando me llaman.

¿Qué fue de los muchachos de 'La banda del choclito'? ¿Qué es del Chino Yufra?
No sé nada de él. Él hacía de 'Ojitos lindos'. Hay gente con la que todavía tengo cierta amistad, nos vemos, vamos a tomar un café, como Esmeralda Checa. Como no nos ven, hay gente que cree que ya estamos muertos, pero yo almuerzo con ella. Con Alicia Andrade también nos visitamos.

¿Qué fue del 'Mapache'?
Él era José María Centurión. Murió, no sé de qué.

¿Por qué tuvieron tanto éxito?
La banda la formaban tres manganzones, y el jefe era un miserable como 'Petipán'. Inclusive un día Alberto Terry (gerente de producción en los ochenta) dijo que lo cambiemos, '¿cómo es posible que un enano así domine a esos tres?'. Ahí está el chiste, le dije. Si usted ve todos los capítulos, se dará cuenta que nunca pudieron robar nada. Siempre se equivocaban. Lo mejor, que hasta 'El Comercio' nos elogió, fue una vez que fuimos a robar a una mansión y nos equivocamos de casa y nos metimos donde una gente pobre en Navidad que no tenían ni para el panetón. Tuvimos que hacer una colecta entre los cuatro para hacerles su Nochebuena. Todos los sketchs tenían un mensaje.

¿Se pegaban duro en la secuencia?
Es que 'Petipán' no es actor, pues. A la hora de pegar cerraba la mano así (hace puño) y le daba a uno de verdad, ¡pum! Yo un día le enseñé cómo pegar, hacer el ruido, pero a la hora de realizarlo era un actor emotivo. Era contador de carrera.

Hace poco salió un reportaje en el cual 'Petipán' (Justo Espinoza) vivía solo y amargado, sin contacto con el mundo, ¿cómo lo recuerda?
Por su misma estatura y porque nadie le hace caso, es así. Era súper tacaño, no suelta un centavo. Además, como persona él se porta mal, no es bueno. Era retraído, piensa que todo el mundo le va a hacer daño. Nunca se peleó con nadie, pero era retraído. Una vez fue un empresario para contratar el show y acordamos en cobrar 500 soles cada uno. Pero él pidió 2 mil y malogró el contrato. 'Yo valgo', decía.

¿Pero qué ha pasado en su vida que no quiere ver a nadie y sus vecinos dicen que es insoportable y no le abre a sus hijos?
No tiene hijos, puede que tenga hermanos. Dicen que es oriundo de Yanamaya, un caserío en las alturas de Jauja. Cuando estudiaba en San Marcos vivía en la Ciudad Universitaria e iba a almorzar al comedor del Mercado de la Unidad Vecinal N° 3. Ahí conoce a una pareja mayor que tenía el restaurante y se hacen muy amigos. Los señores eran profesores jubilados. La mujer muere y el viudo le dice: 'Justo, yo vivo muy solo, por qué no vienes a vivir conmigo'. 'Petipán' fue con él y al tiempo se ofrece a pagar un alquiler. Como el viejo estaba enfermo, era 'Petipán' quien iba a Emadi, los que construyeron la unidad vecinal, a pagar.

Pero entonces al menos cumplía con su parte.
Sí, pero ahí el hace un trámite para aparecer él como propietario de la casa. Al anciano le hace firmar unos papeles. 'Petipán' empezó a llevar putas a la casa porque solamente ellas le hacían caso. Él se declaraba a todas las mujeres, pero no le daban bola. El anciano le dice que no podía hacer eso en su casa. 'Petipán' le contestó: 'era tu casa, ahora es mi casa y hago lo que me da la gana'. Se armó un quilombo y pateó al viejito, luego llevó dos matones y a golpes botaron al anciano, quien acabó en el hospital. El párroco fue a verlo y buscaron unos abogados, pero ya la casa estaba a nombre de 'Petipán'. El anciano murió en un hospicio y por eso los vecinos siempre lo odiaron. Salía a las 5 de la mañana y regresaba a la medianoche para no encontrarse con nadie porque lo insultaban, le decían 'asesino, ladrón'. Eso debe acusarlo a él, tener adentro eso, cree que le van a quitar la casa.

lunes, 2 de junio de 2008

HECTOR LAVOE VIVE


En la foto no es el gran Hector Lavoe, sino el gran Pacho Hurtado


'Héctor Lavoe nunca mató a nadie'
Por Eduardo Abusada Franco Fuente Trome

El 'Chim pum, Ca-llao' y el 'Rey de la puntualidad' se funden bajo sus gigantescos anteojos. Pacho Hurtado es, para muchos, el mejor intérprete de Héctor Lavoe en el mundo y no solo por el asombroso parecido físico, sino también por su voz y amor a la salsa. Como artista se siente indignado por la política de las autoridades porteñas de borrar los murales del ícono boricua, pero como chalaco le duele, aún más, la violencia que está desangrando su querido puerto.

Pacho, ¿por qué crees que han borrado los murales de Héctor?
Pienso que se da una coyuntura un poco extraña. No es esta la imagen del Callao (la guerra de delincuentes), la realidad es otra. La labor que hace la policía es importante en estos momentos y conozco al general Debenedetti, pero no creo que su intención sea ir contra estos íconos del pueblo. Se han equivocado al meter en un mismo saco todo esto y de repente no evaluar el significado pictórico que le daba cierta identidad a la gente chalaca. Esto no solo se da en el Callao. Por ejemplo, en Mendiburo, en Miraflores, hay un grafiti muy bonito de Héctor Lavoe.

Muchas de estas pintas son también de los delincuentes caídos y hacen ver como mártires a simples asesinos.
Exacto, y esas pintas no te dicen nada. Con las de Lavoe se resalta al artista, el legado musical que tú quieres conservar. Pero de otro lado, nadie quiere resaltar la vida de un delincuente. Hay jóvenes de la calle que son artistas talentosos y, si les ofreces cien soles por pintar a fulano o tal figura, te lo van a hacer.

¿Por qué ha calado tan hondo la imagen de Lavoe en el Callao?
Por su gente, los chalacos son muy alegres. Acuérdate que por el puerto llegaban los primeros discos de salsa. Gente muy tradicional como Pocho Rospigliosi, que tenía contactos con vaporinos, iba al puerto a conseguir los discos que venían de Nueva York. Después se distribuían en Lima. Entre los salseros antiguos era bacán tener la primicia. Decían 'me acaban de traer este disco del muelle'. Es más, a Héctor Lavoe nadie lo conocía. En los primeros discos de Willie Colón no salía su foto. Lo maravilloso es que empiezan a identificarlo por su voz, no por su imagen. Es su voz la que lo magnifica. Recién al cuarto o tercer disco aparece la imagen de Lavoe muy jovencito. Cuando estábamos en el colegio, con mi amigo Walter juntamos un dinerito y compramos nuestro primer disco, 'El Juicio', de Lavoe. Era de vinilo, hasta ahora lo tengo. No podíamos escucharlo porque no teníamos tocadiscos, íbamos a casa de otro amigo a tocarlo (ríe).

Pero debemos reconocer que si bien Lavoe no era un delincuente, andaba vinculado con los bajos fondos.
No estoy de acuerdo con ese concepto. Héctor Lavoe nunca mató a nadie, nunca estuvo preso. Habrá estado en alguna que otra bronca como cualquier persona, como tú o como yo, pero su daño era para él mismo. Él solo se hacía daño. Era el amigo del barrio. Era siempre un mensaje de alegría a través de su música. Ese es su legado. Lo que pasa, y debemos reconocer, es que este tipo de música estuvo también en las cantinas del Callao. Yo no he sido cantinero, pero cuando iba al colegio veía en los bares las radiolas y rocolas con la música de Willie Colon, la Fania, y ahí había gente que luego de cometer una fechoría, se metía a las cantinas y se ponía a bailar y esta música se identificaba con ellos.

Bueno, pero algunos salseros sí se vincularon mucho con la delincuencia. Frankie Ruiz, otra leyenda de la salsa, incluso cantaba en la cárcel.
Él tuvo un problema de drogas y por eso cayó preso un tiempo, pero no porque era un delincuente o un asesino que andaba con pistola. Estuvo preso por tráfico o porque le encontraron drogas y no supo justificarlo. Frankie Ruiz fue un hombre que tuvo desengaños que lo llevaron al alcoholismo. Por eso muere de cirrosis muy joven. Pero esa gente se hace daño a sí misma. Ahora, ni Héctor Lavoe ni Frankie Ruiz, ni aquellos artistas que tuvieron problemas con la ley, pueden ser ejemplos de nada. Son ejemplos de lo que no se debe hacer, ese es el mejor ejemplo de Lavoe.

Ahora, que a 'Pedrito', 'Los Noles' y demás 'joyitas' les guste la salsa, no es culpa de Lavoe.
Va por ahí. Yo he vivido en el Callao toda mi vida y casi todos en el barrio nos enamoramos de la voz de Héctor Lavoe y su música. Si se trata de borrar las pintas que pueden ocasionar violencia, también podríamos mencionar el caso del 'Señor de los Milagros'. Fue el primer grafiti que causó revolución entre los esclavos de aquella época y podríamos calificarlo de subversivo, y no lo pudieron borrar. Antes de que esta situación de violencia pase en el Callao, las imágenes de Lavoe eran consideradas de alegría y nadie las tocaba.

¿Te asusta caminar por el Callao?
En ese sentido, yo debo agradecerle mucho a la imagen de Lavoe. Aunque te parezca mentira, ha generado cierto cariño hacia mi persona. Muchas veces en mi barrio, en Santa Marina, iba a cantar y cuando no llegaba mi carro, salía a la avenida a buscar un taxi y me encontraba con los chicos malos de la calle, con los 'Juanito Alimaña' y con los 'Pedrito Navaja'. Me decían 'tío Pacho, cómo estás' y me ayudaban a llevar mis cosas. Me dicen que conmigo no chocan, pero cuando venía un amigo de mi hija, se lo levantaban con todo.

¿Se siente Héctor Lavoe?
No me disfrazo para ser Héctor Lavoe, yo soy así. Usé 20 años barba, un día me afeité y mi madre no quería abrirme la puerta, pensaba que era otro. Mi hija me dijo 'te pareces a Lavoe' y así empezó. Me molesta cuando me dicen 'el Lavoe peruano', porque él es único, no hay otro.

Cuéntame de él. En el concierto que dio en 1986 en la Feria del Hogar, ¿llegó tarde también como era su costumbre?
Según me cuenta Delgado Aparicio, se firmó una cláusula en que había que cuidarlo y no podía salir a la calle. No podía ir a cualquier parte sino estaba acompañado. Yo fui a las seis presentaciones que hizo y, felizmente, llego a tiempo y tuvo una actuación impecable. Era conocido que se perdía.

¿Es cierto que bajó a 'Los Barracones' a malograrse?
Surgieron las leyendas de que estuvo aquí, allá. Yo no tuve contacto con él, pero sé que solo la pasaba entre el Sheraton y la casa de Hugo Abele (hijo del empresario que lo trajo).

¿Pero era tan adicto a las drogas como se le ve en la película que interpreta Marc Anthony?
No exagera, es más, de repente no muestran todo lo que fue. Él era una persona muy enferma. Te lo digo porque he tenido oportunidad de recibir información de músicos que vivían con él. Era un tipo mal aprovechado, que no tuvo ni la familia ni la esposa que necesitaba. 'Puchi', su mujer, no lo pudo cuidar, ella también era adicta.

¿Qué le cantarías a estos muchachos que han desatado la guerra chalaca?
'Ausencia', esa que dice: 'no importa tu ausencia, te sigo esperando'. Porque sigo esperando el respeto, el amor a la tierra, el amor al Callao. La tierra se respeta. Como dice Lavoe: 'yo soy la fama y no te digo adiós, te digo hasta siempre. Pero ya sabes: ¡Respeta, respeta!'