viernes, 7 de noviembre de 2008

LOS DIOSES DE LA PRENSA

Ver en tu mirada todos los años que en el mundo han sido, así te veo patria, triste y vejada. Tantas noches como esta, me duele el ombligo del mundo ubicado en algún lugar de la periferia llamada Lima City. Esta ciudad que es un país, un suelo que son varias naciones, varias naciones que son ordas (sic) enfrentadas entre sí. Recapitulo la semana, y ahí están los bárbaros, mascando la hierba del terruño pisoteado. Aprista contra alanistas, fujimoristas contra accionpopulistas, emos contra punks, hippies contra yuppies, todas contra todos; y sobre todos peruanos contra peruanos. Y ahí en el medio, todopodersos ellos, los periodistas, amos y señores de la verdad, de esta barbarie exaltada por chorros de tinta de máquinas offset.

Libertad de prensa señores. Así le llaman al grito de batalla. Enarbolan la pluma cual cruz en las manos de aquel Ricardo con corazon de gran felino. Entonces se lanza a la batalla, cualesquiera sean las causas. La pluma se enfila contra el moro hereje y destan honras, atropellan verdades, mutilan conciencias, esos los de la prensa. Y de la sangre del vencido haremos -nos incluimos- un buen embutido que comeremos con camote frito. Luego habremos de ver la en tras la copa macerada en algúna chingana por la plaza del rioplatense libertario. Y ahí acabaran las primicias, las primeras planas, las calientitas, difusas en la niebla de la borrachera. El genio literario no reconocido golpeará la mesa de esta ciudad mediocre. La cocaína dará sosiego, y al mozo -cholo de mierda, pensamos- le tomamos de las solapas. Brazo sobre el hombre, aliento etílico, voz cadenciosa: "Tú, ¿sabes quién soy yo?". Sí señor, los periodistas, aquellos que nunca se equivocan. Y diran que somos el cuarto poder, !tira de herejes, débiles mentales! Que lance entonces la primera piedra, si queda algín ciudadano honesto entre ustedes camaradas...compañeros de chilingue.

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