viernes, 11 de enero de 2008

GILA Y SU GENTE


El Ocicón se ha tomado la molestia de extraer este texto del genial cómico madrileño Gila para endulzarles el alma.

Pepito el holgazán

Pepito era un niño muy lindo por parte de padre, pero muy holgazán. Todos los días, cuando la mamá de Pepito le llamaba para ir a la escuela, Pepito se hacía el enfermo y no se levantaba. Todos los amigos de Pepito iban a la escuela y cantanban alegres canciones por el camino; mientras tanto Pepito, que como ya dijimos antes era muy holgazán, se quedaba en cama hasta altas horas de la mañana. Todos los amigos de Pepito sabían multiplicar y daban de memoria los nombres de los ríos, de las montañas y de los volcanes. Sin embargo, Pepito, con es terca manía de quedarse en la cama nunca aprendía nada. Cuando pasaron los años, todos los amiguitos de Pepito eran honrados ingenieros navales y de los otros ingenieros, y sabía álgebra y trigonometría; pero Pepito, por holgazán, sólo sabía estar en la cama y tomar aperitivos, y aunque ganaba – no se sabe cómo - muchos millones siguió sin aprender cuáles eran los afluentes del Volga, ni la altura del Himalaya, ni los decimales, ni los quebrados, ni nada. Por eso, cuando Pepito pasaba junto a sus amiguitos de la infancia en su Cadillac plateado, todos los niños que ya eran ingenieros señalaban a Pepito con el dedo mientras decían: “Ahí va Pepito, que no sabe logaritmos”. Y Pepito se moría de vergüenza y ordenaba a su chofer negro que fuera más aprisa para que la rubia que iba en el Cadillac con Pepito no escuchara lo que decían sus amiguitos.

Moraleja:
Si no quieres estudiar no sabrás multiplicar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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